Grañón cuenta con un importante patrimonio histórico-artístico ligado al desarrollo que alcanzó la localidad durante las Edades Media y Moderna, y a su estrecha relación con el Camino de Santiago. Se tienen documentados distintos cenobios y monasterios que con el paso del tiempo desaparecieron convergiendo en el monasterio de San Juan en torno al cual se fundó la villa actual, así como un número elevado de ermitas que en la actualidad han desaparecido. Hoy en día, el interés patrimonial se concentra en la parroquia de San Juan Bautista (donde encontramos un pequeño pero interesante Museo-Sacristía), la ermita de Nuestra Señora de Carrasquedo y la conocida como ermita de los Judíos.
La ermita de Nuestra Señora de Carrasquedo situada a 1,5 km al sur de Grañón, se encuentra rodeada de un bosque en el que, según fuentes documentales, estaba situado el antiguo Hospital de Santa Cruz de Carrasquedo. El edificio actual es una obra barroca de finales del siglo XVII, donde se utilizó principalmente sillería y mampostería. Consta de una sola nave de cuatro tramos, crucero, cabecera rectangular y una sacristía. En el interior, el crucero está cubierto con una cúpula de media naranja con linterna, mientras que el resto de la nave se cerró con bóveda de cañón con lunetos, apoyados en pilastras corintias y arcos de medio punto. El retablo mayor es barroco, fue realizado por Diego de Ichazo y restaurado en 1989. En el exterior, hay una entrada con un arco de medio punto sustentado sobre pilastras y con entablamento y espadaña en un hueco. En el centro se alza la imagen de la patrona de Grañón, la Virgen de Carrasquedo.